Una Visión. 1
La lluvia caía sobre los tejados en una tarde de invierno, fría y desapacible. En el interior de las ventanas gente sentada junto a las estufas o junto a las chimeneas.
En una de esas ventanas esta ella. Sentada junto a la ventana mirando la lluvia sin ver nada, absorta en sus pensamientos que le cuentan sobre lugares mágicos donde todo es posible o quizá esté pensando en esa persona que desde hace un tiempo se ha adueñado de sus sueños... En fin, eso es lo de menos, el caso es que está ahí y yo estoy en la ventana de enfrente mirándola sin que ella me vea.... esa es y será siempre mi única relación con ella.
En cualquier caso no es de eso de lo que quiero hablar, ella es demasiado preciosa en mis pensamientos como para plasmarla un en papel... eso no sería digno para ella.
De lo que realmente quiero hablar es sobre como esta tarde puede influir en el destino de mucha gente. Al menos eso es lo que he visto...
¿Y que es lo que he visto? En seguida lo cuento.
Bajo la lluvia, en la otra parte de la ciudad, una persona con gabardina y sombrero calado hasta las orejas corre sin mirar atrás, no esta corriendo para refugiarse de la lluvia en algún portal cercano, ni es de esas personas que corre por deporte llueva o haga sol, no, esa persona corre por un motivo más importante.
Se coge la gabardina con una de las manos, como si llevara algo dentro que quisiera proteger de la lluvia o de algo más...
De pronto, un coche se para frente a él con un fuerte chirrido de frenos. La puerta se abre y una voz le dice que suba. Él no puede ver quien es el autor de esas palabras y parece dudar unos instantes, pero finalmente una vocecilla dentro de él le dice que suba, que no pasará nada.
El coche arranca con él dentro en un fuerte acelerón que con la lluvia hace patinar las ruedas unos momentos, pero no lo suficiente como para que el piloto, un conductor experimentado, pierda el control del coche...
(Continuará)
Artemisa